Seguro que más de uno de vosotros ha oído la expresión “somos lo que comemos”, ¿verdad? Lo verídico y adecuado de esta sentencia no sólo es fama, también realidad.
La alimentación influye directamente sobre el funcionamiento de nuestro organismo y sobre nuestro estado anímico y forma física. En función de los productos que consumimos, las características de nuestros fluidos cambiarán, interfiriendo o no sobre el organismo.
Por este motivo la sentencia “somos lo que comemos” es muy acertada, incluso en lo relacionado con la sexualidad. Los expertos en sexología han afirmado, en más de una ocasión, el poder que tienen los alimentos para modificar el sabor y la consistencia de los fluidos sexuales.
Ya comentábamos que los fluidos corporales van directamente relacionados con la alimentación. De hecho, este tema ha sido un asunto de discusión y broma entre la población. Tanto es así que hasta en serie como la famosa Sexo en Nueva York apareció este tema. Os dejamos la escena:
Como podéis ver en la escena, Samantha (interpretada por Kim Catrall) comenta al resto de personajes que su pareja tiene un semen con un sabor “peculiar”. ¿Qué responden las otras? Esto se debe a la alimentación, exacto.
A lo largo del capítulo se podrán ir viendo otras escenas en las que el personaje va informándose sobre la influencia de la alimentación sobre los flujos sexuales. De hecho, acude a un experto sexólogo para que le recomiende qué productos ingerir y qué efectos ejercen sobre el semen.
La piña, el condimento para los flujos sexuales
La relación de los alimentos y el sabor de los flujos íntimos no ha sido un tema demasiado debatido como, por ejemplo, los productos afrodisíacos. No obstante, este asunto resulta tan o más importante que los otros alimentos pues también afecta directamente a la práctica sexual.
Desde hace unas semanas, las redes han sido invadidas por vídeos virales y posts humorísticos que han sacado a relucir algo muy curioso: la piña hace que el semen y el flujo vaginal sean más dulces, e incluso mejora la vida y actividad sexual.
Esta teoría fue expandida vía redes sociales al publicarse un estudio de la Universidad de Lyon. En él, los científicos que participaron en la investigación afirmaban que el consumo de piña endulzaba el sabor del semen. La razón se encuentra en las enzimas y los minerales presentes en la composición nutricional de esta fruta.
Estos ingredientes naturales de la ananas comosus, al ser ingeridos, producen un efecto edulcorante sobre los flujos corporales, entre los cuales se encuentran los sexuales. Ellos, al ser testeados con la práctica del sexo oral, son más fáciles de captar en cuestión de sabores.
Otro de los beneficios sexuales de esta fruta es su efecto afrodisíaco, prolongando la erección. No obstante, a todos estos pros también deben sumarse los ya conocidos de la piña: diurética, desintoxicante, aporte en ácido fólico y en bromelina.
Para poder conseguir este efecto sobre el organismo, los científicos recomiendan no sólo consumirla antes del acto sexual, también de manera habitual en la dieta. Al ser una fruta muy versátil, se puede incluir tanto en platos dulces como salados: batidos, pizzas, ensaladas, macedonias o simplemente sola.
Eso sí, siempre es mejor consumirla al natural, es decir, directamente del super o mercado a casa, que en almíbar o en conserva. Si consumimos la fruta de manera natural sus vitaminas, minerales y enzimas se conservan mucho mejor.
El estudio también confirmaba que otro alimentos como el café, los refrescos además del tabaco también influyen en el sabor de los flujos. Si con la piña se vuelven más dulce, con un consumo excesivo de estos productos serán más amargos y ácidos.
Por este motivo no es extraño que tanto sexólogos como médicos recomienden seguir una dieta basada en alimentos naturales y nada procesados. Al fin y al cabo, todo lo que ingerimos, sea sólido o líquido, entra en nuestro organismo y produce unas reacciones químicas y biológicas distintas.
Así pues, ¿somos lo que comemos? Sin lugar a dudas la respuesta es un sí.
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