¿Qué es la salud sexual?
Crear un único significado para los términos “salud sexual” o “vida sexualmente sana” es complicado porque cada cultura y cada persona puede tener estándares diferentes sobre qué es sano o no en el ámbito de la sexualidad. Y es que el concepto “salud sexual” engloba más que el echo de no padecer enfermedades de transmisión sexual o tener un embarazo no deseado.
Según la American Sexual Health Association (ASHA), la definición de salud sexual pasa por la capacidad de aceptar y disfrutar de nuestra sexualidad a lo largo de nuestras vidas y que incluye tanto la salud física como la emocional.
Así, es una parte natural de nuestra vida, que implica cuidar de todas las dimensiones de nuestra salud, practicando sexo de forma segura, sintiéndonos cómodos con nuestro cuerpo y con nuestras relaciones.
¿Cómo podemos valorar si tenemos una vida sexual sana?
Llevar una vida sexual sana es bueno física y emocionalmente. El sexo nos puede ayudar a crear una conexión con la otra persona. Además, el placer que genera tiene muchos beneficios para la salud, ya que cuando se produce un orgasmo, nuestro cuerpo genera endorfinas y se crea una sensación de bienestar de forma natural. También se reducen el estrés y la tensión, aumenta la autoestima y se mejoran la calidad del sueño, la forma física y la salud en general.
Aunque también tenemos que entender que se puede llevar una vida sexualmente sana sin mantener relaciones sexuales, o que tener sexo más frecuentemente no significa que vayamos a vivir la vida con más plenitud.
Para valorar la calidad de nuestra vida sexual debemos tener en cuenta varios factores:
En cuanto al ámbito físico, debemos practicar sexo de forma segura. Además, podemos acudir a profesionales ginecológicos o hacernos pruebas de enfermedades de transmisión sexual cada cierto tiempo para asegurarnos de que gozamos de buena salud y así evitar sorpresas.
Por lo que se refiere al ámbito emocional, debemos ver si nos sentimos bien con nuestro cuerpo, si nos aceptamos y estamos cómodos con nuestra orientación sexual y si disfrutamos del sexo. Por eso es importante una buena comunicación tanto con nosotros mismos, para conocernos y saber qué nos gusta y qué nos hace sentir bien, como con nuestra pareja, para que aprendamos a respetarnos. En este caso, se podría decir que no estamos teniendo una vida sexual sana cuando sentimos malestar, nos sentimos incómodos con nosotros mismos o con la otra persona, e incluso puede afectarnos a otras áreas de la vida.
Por tanto, la salud sexual trata de dar y recibir placer, aportar bienestar y disfrutar, tanto a nivel físico como emocional.
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