19 de Oct, 2023 . En su último artículo en línea, la Dra. Nadia Yousri, cirujana obstetra y ginecóloga con gran experiencia, ofrece su visión experta sobre la laxitud vaginal. Ella explica las causas de esta posición, así como las diferentes opciones de tratamiento disponibles.
La laxitud vaginal se refiere a una condición caracterizada por una pérdida de firmeza en la pared vaginal, lo que resulta en una abertura vaginal aflojada. Esta afección suele ir acompañada de una deficiencia del tejido conectivo y debilitamiento de los músculos del suelo pélvico que rodean la vagina.
La causa principal de la laxitud vaginal suele surgir después del parto, debido al estiramiento excesivo mecánico de los tejidos y a las lesiones relacionadas con el parto, incluidas las cicatrices quirúrgicas. Además, los cambios hormonales, como los que ocurren durante la menopausia, pueden contribuir a esta afección al provocar una disminución de los niveles de estrógeno, que son cruciales para mantener la fuerza y elasticidad de los tejidos.
Además de los cambios hormonales que provocan el síndrome de relajación vaginal, el envejecimiento puede provocar otros efectos en esta zona. Estos incluyen la atrofia vaginal, caracterizada por el acortamiento y estrechamiento de la pared vaginal, así como la contracción y pérdida del cuerpo del clítoris. Los labios externos pueden aplanarse o dividirse y puede haber una pérdida de fibras de colágeno y elastina, así como un adelgazamiento del revestimiento de la pared vaginal.
Una disminución de la flora vaginal normal, conocida como lactobacilos, puede provocar una mayor susceptibilidad a infecciones y una reducción del flujo sanguíneo. Además, el contenido de ácido hialurónico en la zona vaginal puede disminuir. Estos efectos combinados dan como resultado el estrechamiento, la contracción y la distorsión del tejido, lo que afecta significativamente la calidad de vida de la mujer. Los síntomas pueden abarcar sequedad vaginal, picazón, sensación de ardor, dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales) y aumento de los problemas urinarios, como frecuencia y urgencia, denominados colectivamente síntomas genitourinarios.
La cirugía es otra opción, que produce excelentes resultados, pero puede ser invasiva, costosa, requerir períodos de recuperación prolongados y tener riesgos inherentes, como lesiones a las estructuras circundantes, sangrado e infección. Además, los resultados quirúrgicos pueden no ser duraderos, con una posible recurrencia después de unos años.
Una alternativa cada vez más popular y menos invasiva es el rejuvenecimiento vaginal no quirúrgico, una subespecialidad médica. Este enfoque se basa en métodos naturales o no quirúrgicos, como dispositivos basados en energía o inyecciones de plasma. En manos de profesionales capacitados, el rejuvenecimiento vaginal no quirúrgico puede producir resultados impresionantes con un tiempo de inactividad mínimo. Es fundamental tener en cuenta que estos dispositivos, como la energía láser o los dispositivos de alta frecuencia, sólo deben ser administrados por médicos o ginecólogos bien capacitados para mitigar posibles complicaciones. Encontrar un médico calificado y con experiencia es fundamental para garantizar la seguridad y el éxito del procedimiento.
En conclusión, la laxitud vaginal es una afección que puede afectar significativamente la calidad de vida de una mujer, pero existen opciones de tratamiento efectivas disponibles, que van desde enfoques conservadores hasta intervenciones quirúrgicas y no quirúrgicas. Es esencial que las personas que estén considerando un tratamiento consulten con un proveedor de atención médica informado y experimentado para determinar el enfoque más adecuado para sus necesidades específicas.
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