26 de Sep, 2020 . 1. Vaginismo. Es la imposibilidad de tener relaciones sexuales con penetraci n vaginal. Se trata de una disfunci n sexual caracterizada por un espasmo involuntario de la musculatura que rodea la vagina al intentar el coito y que imposibilita la penetraci n. Este problema puede provocar que la mujer sufra un impacto negativo en la autoestima, preocupaci n por la propia salud y sobre la actitud de las parejas sexuales ante este problema, adem s de la consecuente frustraci n que derivar en estado de nimo bajo o, cuando menos, mal humor.
3. Dispareunia. Es el coito doloroso antes, despu so durante la relaci n sexual. Abarca desde la irritaci n vaginal poscoital hasta un profundo dolor. Pueden deberse a falta de lubricación, infecciones, hongos, etc., Como ocurre con otros problemas, es importante comunicarlo con confianza a la pareja para no dar lugar a equ vocos y consultar con un médico si el problema persiste.
4. Anorgasmia. Es la dificultad habitual para alcanzar el orgasmo despu s de mucha estimulaci n sexual. Es un problema muy común en las mujeres y causa malestar en forma de frustración y agotamiento emocional en las mujeres por no saber qu hacer oc mo cambiarlo.
5. Autoinculpación de las disfunciones sexuales de la pareja. Ante una relaci n sexual no satisfactoria, es com n culparse a uno mismo de los problemas del c nyuge, pareja o compa ero sexual. Puede tener que ver con problemas de autoestima, que llevan a calibrar err neamente el propio rol y las responsabilidades en el mbito de una relaci n.
6. Inseguridad sobre el atractivo sexual. Estamos ante un complejo de imagen que se agrava en las relaciones sexuales por el hecho de estar desnudos. Ser necesario examinar creencias estereotipadas sobre la belleza que resultan tan r gidas que no permiten que la persona se incluir en su propio est ndar.
7. Reparo a tener sexo en una primera cita. Muchas mujeres no se encuentran c modas con la posibilidad de mantener relaciones sexuales tras solo un primer encuentro o en fases muy tempranas de la relaci n. Puede convertirse en un problema si la persona lo desea pero no se lo permite, en base a prejuicios sobre qu es correcto y qu no, o qu puede pensar el otro. Tanto si se hace como si no, lo importante es comportarse de manera asertiva.
8. Objeci no rechazo por determinadas pr cticas sexuales. Es habitual sentir predilecci n por diferentes posturas, juegos sexuales o cualquier otra forma de practicar el sexo, pero también lo es sentir miedo ante lo desconocido y mostrar rechazo a realizar pr cticas con las que no nos sentimos a gusto. El sexo es algo diverso y muy personal. Hay que permitirse experimentar hasta donde uno quiera y comunic ndonos bien con el otro, para no perdernos cosas, pero tampoco forzarnos.
9. Demasiadas expectativas. El porno, los mitos y otras relaciones pueden predisponernos a tener unas expectativas poco realistas de los encuentros sexuales. Cuando las expectativas son muy altas y no se corresponde con lo esperado aparece la desilusi n, el desencanto y el chasco. Una vez superada la frustraci n, queda un gran margen para reencontrarse con el sexo realista. No es como en el porno ni todos los amantes son igual de buenos, pero permitirse recorrer ese camino siempre ser saludable.
10. No demanda de sexo oral. A muchas mujeres les resulta conflictivo sugerir a sus parejas que les practiquen sexo oral. Mientras las cosas se pidan asertivamente no hay nada de malo en hacerlo, ya que el sexo es una negociación en la que cedemos y recibimos. Una vez identificado, lo que impide pedir una determinada pr ctica queda aprender a expresarla y lanzarse a la acci n.
1. Eyaculaci n precoz. Se trata de un problema sexual frecuente que ocurre cuando el hombre tiene una falta absoluta de control sobre su eyaculaci n. Normalmente, suele tener su origen en problemas psicológicos como la ansiedad o el estrs, aunque influyen también en otros factores como el hereditario de sicos como la mala circulaci no la sensibilidad extrema. Resulta frustrante para quien la sufre y para sus parejas sexuales, ya que dinamita gran parte del encuentro sexual. Con un abordaje adecuado es posible un gran margen de mejora.
2. Disfunci n er ctil. Esta disfunci n sexual masculina com n se da cuando se tiene dificultades para lograr o mantener una erecci n. Es ms com na medida que se va cumpliendo a os, pero no es parte natural del envejecimiento. De hecho puede suceder en edades msj venes y conviene examinar detenidamente cu les son las causas para poner en marcha el tratamiento ms adecuado, ya sea m dico o psicol gico.
3. Adicci no uso problem tico de la pornograf a. Se trata de un trastorno real que debe separarse de la curiosidad simple o del uso racional de la pornografía. La adicci n puede reflejar incapacidad para dejar de consumirla, mono de la misma en caso de abstenci n, sentimiento de culpa y tratar su consumo de manera secreta frente a la pareja. Una vez determinado el problema, hay que ver qué factores están manteniendo y reorientar a la persona hacia un sexo más realista, ajustado a sus necesidades y que genere satisfacci n en el lugar de culpabilidad.
4. Presi n sobre el rendimiento sexual. El miedo a no estar a la altura en el hombre tiene su origen en una convenci n social que le atribuye ms responsabilidad en la satisfacci n sexual que a la mujer. Esta carga le crea al hombre una presi n que puede repercutir negativamente en su rendimiento durante al acto sexual. Los estereotipos machistas sobre el rol del hombre en la relaci n sexual nunca uso al placer en la pareja. Tener una visión realista, amplia y flexible de lo que significa ser un buen amante s contribuir al buen "rendimiento".
5. Ausencia de sexo. La frustraci n generada por la ausencia de sexo es bastante com n entre los hombres. A menudo es debida a una comunicaci n mejorable con la pareja oa la expectativa de que una alta actividad sexual es imprescindible. Encontrar una manera asertiva de paliar esta ausencia es una responsabilidad que puede ser muy beneficioso satisfacer.
6. Masturbaci n "excesiva". La masturbaci n disminuye el estr s, fortalece el sistema inmunol gico, combate dolores y mejora el estado de nimo, pero en los ltimos a os diversos estudios han revelado que una masturbaci n en exceso puede originar que el placer disminuya o que se genere una adicci n. Como toda pr ctica sexual, si se utiliza de manera compulsiva o para la funci n equivocada entonces aparece un problema, que puede ser abordado y reconducido con el tratamiento adecuado.
7. Deseo sexual hacia personas que no son la pareja. Cuando nos sentimos atra dos sexualmente hacia otras personas con las que no mantenemos ninguna relación puede generar en nosotros un conflicto al confundirlo con algún tipo de infidelidad o con un signo de que no queremos a nuestra pareja. Lo cierto es que sentir atracci n sexual por diferentes personas es totalmente normal y saludable, y no tiene nada que ver con el afecto hacia quien es nuestra pareja principal.
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