19 de Ene, 2019 . La eyaculación tardía y la anorgasmia, definidas como retraso persistente o recurrente, dificultad o ausencia de orgasmo después de una estimulación sexual suficiente que causa malestar personal, ocurren en 2% a 11% de los hombres. Estas condiciones se deben en parte a un desequilibrio entre las neurohormonas inhibitorias (dopamina, oxitocina, norepinefrina) e inhibitorias (prolactina, serotonina). El criterio de diagnóstico para estas afecciones es un tiempo de latencia eyaculatoria intravaginal (IELT) superior a 25 minutos.
El alcohol, la fluoxetina, la imipramina, la paroxetina y los medicamentos con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) se encuentran entre las consideraciones somáticas más comunes que pueden afectar la capacidad del orgasmo de un paciente. El tratamiento debe ser multidisciplinario, incorporando al mismo tiempo terapia psicosexual y médica. Actualmente, no existe un medicamento aprobado por la FDA para la eyaculación tardía o anorgasmia. Si bien existen numerosas terapias médicas disponibles, en general hay poca evidencia que respalde su eficacia. Los mejores medicamentos compatibles incluyen bupropión, cabergolina, oxitocina, ciproheptadina y yohimbina. Aun así, la evidencia que respalda estos fármacos se limita principalmente a los estudios retrospectivos de poca potencia.
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