Vaginismo: "el ginecólogo me dijo que tenía que tomar una copa de vino para relajarme"
Vaginismo Misexologo
20 de Ago, 2023 . En su segunda cita con un ginecólogo, Mar tuvo que hacerse una prueba de Papanicolaou. ?Le agarraba el brazo, me retorcía en la camilla, lloraba y parecía que no lo estaba viendo. Me dolía mucho?, describe angustiada la joven de 24 años, que sufrió esta reacción ante la introducción del espéculo, cepillo y espátula en su cuerpo debido al vaginismo que padece.
Se estima que el 12% de las mujeres españolas padece esta dolencia, según datos de la Sociedad Española de Medicina General. Esta condición médica se caracteriza por un espasmo involuntario de la musculatura del piso pélvico. Como consecuencia, la penetración vaginal es imposible.
La gran mayoría de mujeres con este síndrome no solo tienen problemas a la hora de tener relaciones sexuales. También huyen de la consulta de Ginecología desde hace años, por el pavor que sienten con solo imaginar que deben someterse a un examen uterino. Esto constituye un peligro para la detección de enfermedades, como el cáncer de cuello uterino y las infecciones.
Quienes padecen vaginismo no pueden medicarse con óvulos vaginales, se niegan a utilizar métodos anticonceptivos como el anillo y solo contemplan utilizar compresas para contener el flujo sanguíneo de la regla. Sin embargo, este tema no se limita a la salud íntima. A nivel emocional ya la hora de conocer a posibles parejas, estas mujeres dejan de pensar en la obligación de contar su secreto más íntimo, evitando ser demasiado íntimas para protegerse del sentimiento de fragilidad que las invade. Es decir, muchos de ellos se pasan la vida intentando que nadie descubra su maldición.
Carmen -que no quiere revelar su identidad- logró superar el problema a los 54 años, lo que significó una "liberación". Anteriormente, no le había dado permiso al médico para hacer una prueba de Papanicolaou (citología). Tuvo novio durante ocho años pero durante sus relaciones sexuales nunca hubo ningún tipo de penetración. Aún hoy agradece la ?suerte? de no haber sentido la llamada a ser madre.
La "infantilización y normalización" del dolor es "muy frustrante", porque culpa a los pacientes de un sufrimiento incontrolable, dice la fisioterapeuta de suelo pélvico Ariana Gaona. Cualquier zona de la anatomía puede somatizar los problemas derivados del estrés y el suelo pélvico no es una excepción. ?Parece que la vagina es el bolsillo de Doraemon o una puerta astral. Y no es así?, dice.
El vaginismo provoca una contracción involuntaria, por lo que no hay forma de relajar los músculos afectados mediante una decisión consciente. "Si tienes una contractura cervical, nadie te diría que te 'relajaras' para quitártela", subraya la ginecóloga Miriam Al Adib. Esta enfermedad, explica la doctora con clínicas en Madrid, Almendralejo y Marbella, puede desencadenarse por un problema físico, como la sequedad vaginal o la vaginitis atrófica de la menopausia. Otras veces, el origen es psicológico provocado por traumas relacionados con los genitales tras violación o educación represiva.
La distorsión de la conciencia corporal es otra razón. Si una niña no se mira, ni se toca los genitales porque le da asco -"en la tele hay que depilarse las vulvas o hay que tener los labios minúsculos rosados"- o por un sentimiento de culpa, esta parte del cuerpo no tendrá representación en el cerebro. Esta desconexión "seguramente impedirá la penetración", porque los músculos de la vagina se tensan ante lo que interpretan como un peligro y por eso se cierran.
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