8 de Dic, 2022 . Los músculos comúnmente afectados son el puborrectal, el pubococcígeo y el elevador del ano. Estos son los músculos en la entrada de la pared vaginal que se contraen involuntariamente si entran en contacto con algo como un espéculo o un tampón, o durante la actividad sexual. Esto da como resultado un dolor horrendo e insoportable que genera temor a una mayor intervención.
Por lo general, se diagnostica alrededor de los 20 años, cuando las mujeres comienzan a tener relaciones sexuales, o antes, cuando comienzan a usar tampones. Por lo general, encontrarán que es difícil insertar un tampón o cualquier cosa dentro de la vagina, porque hay una contracción involuntaria del músculo que produce dolor en la vagina e hipersensibilidad en esa área.
Hay una serie de posibles causas secundarias. Podría deberse a condiciones previas de dolor crónico, antecedentes de agresión sexual, mala experiencia en el pasado o una reacción emocional negativa a cualquier experiencia sexual.
También podría deberse a condiciones como endometriosis, vaginitis o cualquier inflamación en esa zona. Otra posible causa son las cirugías previas, como una episiotomía o un procedimiento de desgarro vaginal, donde la sutura ha provocado cicatrices o daños en los nervios que han provocado hiperactividad de los músculos.
La incidencia se estima en torno al 0,5% en la población general. Sin embargo, un estudio sueco aludió a que la incidencia podría ser de hasta un 5-6%. Sin embargo, se observa con más frecuencia en mujeres que tienen problemas psicosexuales, que pueden oscilar entre el 12 y el 40 % de las mujeres que acuden a los departamentos de ginecología con síntomas similares.
El tratamiento del vaginismo es multifactorial. Debe haber un aporte multidisciplinario, por lo tanto, es importante tener un tratamiento específico. Hay muchas formas posibles de tratamiento, y la eficacia de cada tratamiento puede ser diferente de un paciente a otro. Se recomienda el uso de lubricación al momento de tener relaciones sexuales o cualquier examen, y también se sugiere el uso de dilatadores vaginales.
Hay evidencia que sugiere que la condición puede mejorarse aumentando los juegos previos, lo que naturalmente aumenta la lubricación. También podríamos derivarlo a un especialista pélvico o terapeuta ocupacional que pueda evaluar el área pélvica para ver si hay algún punto desencadenante como resultado del examen. Luego pueden sugerir tratamientos como biorretroalimentación y estimulación eléctrica.
También hay evidencia que sugiere que los ejercicios de Kegel o la fisioterapia pueden ayudar. Sin embargo, una vez que se inicia la fisioterapia, algunos músculos pueden volverse más hiperactivos además de los músculos vaginales hiperactivos. Por lo tanto, la terapia de relajación muscular puede ayudar en algunas mujeres.
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