16 de Oct, 2022 . ¿Se está volviendo más fácil que nunca volverse adicto? Ya sea el café, los videojuegos o nuestros teléfonos, vivimos en una sociedad donde tantos comportamientos y sustancias se han vuelto fácilmente accesibles y cada vez más adictivos.
Entonces, ¿cuándo un comportamiento se convierte en una adicción? ¿Y qué impulsa ese deseo? El secreto está en el cerebro, con el neurotransmisor dopamina, una vía química que nos hace sentir bien. Cuanto más altos sean los niveles de dopamina producidos en nuestro cerebro, mejor nos sentiremos y es más probable que continuemos o repitamos el uso de esa sustancia o comportamiento para mantener o duplicar ese gran sentimiento.
Jonathan Bastian habla con Lembke sobre cómo la búsqueda constante del placer produce el efecto contrario y si es posible moderar o abstenerse de un placer constante. Lembke a menudo recomienda que sus pacientes prueben un "ayuno" de dopamina o abstinencia, como una forma de redirigir el deseo.
?Un mes es aproximadamente la cantidad de tiempo promedio que lleva restablecer las vías de recompensa?, explica. ?Hagamos que pare y luego veamos cómo se siente después de un mes. Y, por supuesto, [al] hacer eso, sabemos que los pacientes se sentirán peor antes de sentirse mejor?.
?La idea de que el acceso y la droga en sí misma no juegan ningún papel es una simplificación excesiva, porque subestima las formas en que estas drogas pueden secuestrar nuestros cerebros?, dice Lembke. "Incluso cuando nuestras vidas son excelentes, incluso cuando tenemos un trabajo significativo, una buena red social, un cónyuge que nos apoya e hijos que amamos... estas drogas pueden hacerse cargo de una manera que es realmente insidiosa, de la que las personas mismas no son conscientes".
?Una de las cosas que realmente he cambiado en mi vida es que traté de pasar todos los días y no mentir. Y resulta que es muy difícil?, dice. ?A menudo tenemos mucho miedo de revelar a los demás nuestros errores, nuestros actos de egoísmo y la forma en que hemos dañado a los demás, porque tenemos miedo de que la gente salga corriendo cuando descubra que no somos perfectos. Pero, de hecho, sucede lo contrario. Cuando nos revelamos honestamente de esta manera, las personas ven su propio quebrantamiento compartido. Se sienten más cerca de nosotros. Y esa intimidad es una maravillosa y saludable fuente de dopamina?.
Ver y consultar a centros