El bajo deseo sexual es la falta de interés de una persona por mantener relaciones sexuales, lo cual suele venir acompañado de problemas físicos o psíquicos. Aunque puede ser experimentado tanto por hombres como por mujeres, son las mujeres las que lo sufren en mayor porcentaje, llegando a producirse en ellas un gran sentimiento de culpabilidad.
Puede darse el caso de que la mujer siempre haya tenido un bajo deseo sexual desde la adolescencia y que el problema se haya ido agravando en la edad adulta, pero también puede darse la situación de que haya disfrutado normalmente de sus relaciones y que de manera casi repentina haya perdido el interés. De manera generalizada si le ocurre con todas sus parejas sexuales y de manera situacional si experimenta deseo por otras personas pero no por su pareja. Veamos cuáles son las causas.
Biológicas
El bajo deseo sexual puede tener relación con cambios hormonales, con dolores crónicos o con el consumo de algún tipo de fármaco. Todo ello influye en nuestra biología y, en consecuencia, en nuestra respuesta sexual y en nuestro deseo.
Psicológicas
También puede tener que ver con el desconocimiento del funcionamiento erótico-sexual del propio cuerpo y del cuerpo de la pareja, así como expectativas poco realistas del encuentro sexual. El hecho de no quedar satisfechos con el encuentro, puede desencadenar un sentimiento de frustración que lleva a evitar estos momentos. Lo cual puede estar relacionado también con el aburrimiento, la rutina o con la presión de “no estar a la altura”.
Socioculturales
Tiene que ver con las relaciones interpersonales y con las normas de la sociedad en la que vivimos sobre cómo debemos funcionar, sobre lo que se espera de nosotros y lo que debemos esperar del otro. Una conducta que hemos aprendido desde niños y que nos hace pensar que es “lo normal”. Esta búsqueda y preocupación intensivas pueden terminar afectando al deseo sexual.
En cualquier caso, es importante diferenciar entre bajo deseo sexual y el deseo de diferentes frecuencias y ritmos sexuales dentro de una relación de pareja. Esto último es bastante frecuente, ya que es muy raro que ambos deseen la misma frecuencia para sus relaciones sexuales. Lo que no quiere decir que el miembro con menor deseo sexual padezca necesariamente de bajo deseo sexual.
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