3 de Dic, 2022 . La medicina moderna aún no cuenta con pruebas objetivas (como un escáner cerebral o un análisis genético) para diagnosticar afecciones de salud mental. En cambio, los médicos se basan en los síntomas informados por el paciente y en lo que pueden observar.
La aplicación subjetiva e inconsistente de las herramientas significa que existen muchas diferencias dentro de cada categoría de diagnóstico. Si bien, al mismo tiempo, existe una superposición de síntomas en diferentes categorías (por ejemplo, el insomnio es un síntoma clave tanto de la depresión como de la ansiedad).
Una solución a estas categorías imperfectas de diagnóstico de salud mental es dividirlas en más subgrupos de personas que comparten perfiles biológicos, psicológicos o sociales similares. Esto se conoce como "estratificación" o "psiquiatría estratificada".
Al definir subgrupos, puede ser posible identificar a qué tratamientos las personas que comparten características clave tienen más probabilidades de responder bien e incluso desarrollar nuevos tratamientos dirigidos a este subgrupo.
Esto difiere de la 'psiquiatría personalizada', que se centra en el tratamiento de los trastornos mentales en función de un perfil de paciente individual en lugar de un subgrupo. Si bien este podría ser algún día la ruta ideal para brindar intervenciones de salud mental, los estudios aún deben ofrecer aplicaciones que puedan usarse en un entorno clínico:
La estratificación en salud mental podría ayudar a desbloquear tratamientos nuevos y mejorados y mejorar nuestra comprensión de condiciones como la ansiedad y la depresión. Primero, necesitamos una forma de identificar los subgrupos; ahí es donde entran los marcadores biológicos, psicológicos, sociales y digitales.
Los marcadores biológicos son los más investigados, con investigaciones en curso que analizan todo, desde cambios en los niveles de metabolitos hasta neuroimagen y respuestas inflamatorias. Mientras que las innovaciones en tecnología también han llevado al desarrollo de marcadores digitales útiles como la aplicación Actigraph para registrar los trastornos del sueño en personas con ansiedad y Mindstrong, una aplicación de registro del estado de ánimo que se usa a menudo para medir la depresión.
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