Nueva Zelanda post-covid aborda una nueva amenaza: ansiedad por un futuro incierto
Ansiedad Misexologo
2 de Jul, 2020 . Cuando Jacinda Ardern instó a los neozelandeses a mantenerse firmes detrás de la decisión de su gobierno de mantener las fronteras del país firmemente cerradas contra Covid-19, el primer ministro describió una realidad que muchos en todo el mundo solo podían imaginar con envidia. "Podemos disfrutar del deporte de fin de semana, ir a restaurantes y bares, nuestros lugares de trabajo están abiertos y podemos reunirnos en la cantidad que queramos", dijo.
Los neozelandeses volvieron en junio a la vida normal con estrictos controles fronterizos, el único remanente de una pandemia que meses atrás había amenazado con barrer el país como lo había hecho en la mayoría de los demás antes de que un estricto cierre de seguridad aplastara su propagación.
"No es tanto la presencia de Covid-19 lo que nos presenta nuestro mayor desafío, sino la ausencia de él", dice Sarb Johal, psicólogo clínico con sede en Wellington, Nueva Zelanda. "Estamos viviendo con esta visibilidad reducida de lo que vendrá en el futuro, y se siente algo ominoso y premonitorio al mismo tiempo".
El 8 de junio, cuando Ardern anunció el abandono de todas las restricciones internas más allá de los controles fronterizos, estalló un ambiente de celebración; el primer ministro incluso dijo que había hecho "un pequeño baile". Pero ahora, la ansiedad por la pandemia ha empeorado para algunos, dice Jacqui Maguire, psicóloga clínica en Wellington.
"En el cierre, teníamos un plan muy estructurado", dice ella. "Nuestros números iban en la dirección correcta, por lo que nuestros esfuerzos fueron recompensados, y básicamente fuimos atrapados en nuestra burbuja de seguridad".
Ahora, sin reglas a nivel nacional, los neozelandeses han centrado su atención en las fronteras del país, donde los fallos altamente publicitados para aislar y evaluar adecuadamente a los viajeros que regresan al país en junio han llevado a procedimientos más estrictos. Solo los neozelandeses y sus familias pueden ingresar al país; deben permanecer en aislamiento por parte del gobierno durante dos semanas, donde se les realiza dos pruebas de Covid-19.
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