24 de Dic, 2019 . Tras comenzar su carrera como pintora y escultora, Clemencia Echeverri (Salamina, 1950) encontró en las instalaciones de video y sonido un medio para evocar respuestas poderosas con el público. Desde guiones cuidadosamente editados hasta montajes que rinden homenaje a las víctimas de la violencia en Colombia, las monumentales instalaciones del artista tienen tanto que ver con el medio, como son confesionarios luminosos para la reconciliación.
El aforismo más famoso del teórico de comunicaciones canadiense Marshall McLuhan "el medio es el mensaje" es uno de los muchos subtextos encarnados en las obras del artista multifacético y multidimensional Clemencia Echeverri. Al ingresar a salas oscuras donde las instalaciones de video de pared a pared crean una experiencia casi monástica con los espectadores, el uso de lienzos tecnológicos por parte de Echeverri es el resultado de años de investigación, edición concisa y superposición de imágenes. La fuerza bruta de la naturaleza y los centinelas sin rostro del conflicto armado de su país natal son algunas de las narrativas inquietantes que construye con su cámara y una investigación periodística aguda. El objetivo del artista, como escribe el crítico de arte Stephen Zepke, es "ni documental ni discursivo", sino "la exploración de las complejidades emocionales del conflicto en Colombia".
Si bien McLuhan creía que los medios electrónicos darían como resultado la "alienación de la humanidad de otros sentidos", los encantamientos visuales y sonoros de Echeverri se superponen en experiencias personales cotidianas y puesta en escena de una búsqueda colectiva de redención. Con un telón de fondo de bandas sonoras deformadas, imágenes fugaces de asaltantes encapuchados y ganado frenético antes del sacrificio, The City Paper habló con el artista sobre "Liminal" y otros proyectos de video que llevaron al público a la primera línea de realidades invisibles. La exposición está comisariada por la historiadora del arte María Margarita Malagón.
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