17 de Oct, 2023 . Kiev debe prepararse para un posible cambio de actitud en América y Europa, advierte la revista ?Foreign Affairs?. Una coalición de los países más ricos y tecnológicamente más avanzados del mundo le da a Ucrania una importante ventaja estructural. Sin embargo, el apoyo militar occidental conlleva sus propios riesgos y desafíos.
No se puede garantizar el compromiso continuo de Occidente con Ucrania. Los electores políticos en Europa y Estados Unidos están cuestionando el apoyo a largo plazo a Ucrania. Hasta ahora, esas voces siguen siendo minoría, pero se están multiplicando y haciéndose más fuertes.
En Estados Unidos, la guerra en Ucrania se ha convertido en el último punto álgido de la lucha sobre cuánto deberían preocuparse (y gastar) los estadounidenses en apoyar a sus socios y aliados en el extranjero. El optimismo sobre el éxito de Ucrania ha comenzado a flaquear, lo que ha generado inquietud ante una guerra importante y de duración indefinida en suelo europeo.
Mientras tanto, los acontecimientos en el frente (especialmente el ritmo relativamente lento y los modestos avances de la contraofensiva que Ucrania lanzó a principios de este verano) han envalentonado a los escépticos sobre el apoyo occidental a Kiev. Los defensores de Ucrania no tienen una teoría de victoria clara y acordada, lo que presenta un riesgo político.
Mientras tanto, los líderes políticos de Estados Unidos y Europa deberían hacer todo lo posible para consolidar la asistencia financiera y militar a Ucrania en ciclos presupuestarios de largo plazo, haciendo que la ayuda sea más difícil de deshacer para futuros funcionarios.
En Europa, Estados Unidos es una fuente de ansiedad, el posible eslabón débil de la cadena transatlántica. Irónicamente, los países europeos fomentan la misma ansiedad en Washington. La devoción inquebrantable por Ucrania caracteriza a los gobiernos de Finlandia, Polonia, Suecia, el Reino Unido y los Estados bálticos. De hecho, muchos públicos europeos han apoyado cada vez más a la UE y a la OTAN desde que comenzó la guerra.
Las encuestas sitúan ahora al AfD como el segundo partido más fuerte de Alemania. Quiere retirar a Alemania de la OTAN y suspender el apoyo a Ucrania, pero la popularidad del partido no se debe a sus opiniones prorrusas. El AfD explota el descontento general para hacer que su crítica a la política exterior atlantista de Alemania parezca más generalizada.
Para los europeos, cuanto más dure la guerra, más intratable y costosa podría parecer, más un vehículo para el poder estadounidense que un interés central europeo. Dado que el apoyo a la guerra es la posición del statu quo en Europa, los políticos empresariales podrían centrarse en el frente interno y culpar a las élites de las capitales y de Bruselas por preocuparse más por Ucrania que por sus propias poblaciones.
Los soldados ucranianos han dedicado un tiempo considerable al entrenamiento con equipos occidentales. Los estrategas ucranianos se han beneficiado enormemente de la ayuda para seleccionar objetivos y del intercambio de inteligencia que reciben de Estados Unidos y otros países.
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