La eyaculación retardada se produce cuando la eyaculación llega mal y tarde en una relación sexual pese a contar con un alto grado de excitación sexual. En el caso de que la eyaculación ni siquiera llegue, estamos hablando de anaeyaculación. En algunos casos puede ser algo positivo, ya que da la oportunidad a la mujer de alcanzar el orgasmo varias veces durante el coito, pero en otros casos no es así, ya que ellas perciben como que el encuentro sexual está incompleto. Lo cual se agrava en el caso de que se esté intentando conseguir un embarazo.
Cuando esto sucede el hombre vive en un estado de ansiedad y exigencia que termina por empeorar la situación. Esto le impide relajarse y disfrutar de manera placentera del encuentro. Se queda paralizado por el miedo, lo que inhibe de forma involuntaria e inconsciente el orgasmo.
En estos casos debe acudirse a un sexólogo que pueda llevar a cabo un plan de actuación adecuado que explique correctamente al paciente el funcionamiento de la sexualidad y desmonte las ideas erróneas que tiene al respecto. Así como relajarlo y conseguir que deje de obsesionarse con su respuesta orgásmica. Un tratamiento que se basa en dos ejes fundamentales.
- Desensibilización progresiva: se trata de ejercicios graduales personalizados para cada paciente. Para ello, se realiza un análisis del grado del trastorno y se diseña una secuencia que ofrezca al paciente la seguridad que necesita. Por ejemplo, primero se le pide que se masturbe solo. Después delante de su pareja. Posteriormente realizar el coito y terminar masturbándose. Luego que la masturbación la haga su pareja. Y así hasta conseguir el objetivo.
- Estímulo con distracción: esta técnica consiste en que el paciente sea masturbado por su pareja al mismo tiempo que echa a volar su imaginación y sus fantasías sexuales. De esta forma, se libera de las tensiones y de las exigencias que se impone, dejando fluir el placer sin preocupaciones.
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