8 de Ene, 2023 .
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es una condición de salud mental común que afecta a alrededor de 280 millones de personas en todo el mundo. Cada año se producen aproximadamente 700.000 muertes debido al suicidio provocado por la depresión. Por lo tanto, es imperativo formular intervenciones y medidas de prevención eficaces para controlar la depresión.
La depresión grave se trata con medicamentos antidepresivos (p. ej., antidepresivos tricíclicos). Sin embargo, esta línea de tratamiento no se recomienda para tratar la depresión leve. La terapia cognitiva conductual y la psicoterapia interpersonal son dos de los tratamientos alternativos utilizados para prevenir el desarrollo de la depresión. Además, la práctica de un estilo de vida saludable que incluya hábitos alimentarios saludables y un aumento sustancial de la actividad física también alivia la depresión y otros problemas relacionados con la salud, como la obesidad y la diabetes.
Recientemente, se han realizado más investigaciones para comprender el impacto de la salud intestinal en las condiciones mentales. Muchos estudios preclínicos y clínicos han demostrado la interacción bidireccional entre el cerebro y la microbiota intestinal. Estos estudios han resaltado cómo la disbiosis, las condiciones libres de gérmenes y el intestino permeable afectan el neurodesarrollo y la neuroinflamación. Con base en los hallazgos de estos estudios, los científicos plantearon la hipótesis de que adoptar una dieta adecuada podría mejorar la salud intestinal y mitigar potencialmente los síntomas de la depresión.
La dieta de un individuo puede modificarse manipulando el contenido de macronutrientes, la frecuencia y el momento de la ingesta de alimentos, la cantidad de alimentos y restringiendo alimentos o grupos de alimentos específicos. La salud intestinal también se puede mejorar a través de probióticos y metabolitos microbianos (biogénicos), como el ácido gamma-aminobutírico (GABA) y vitaminas. Los prebióticos también pueden mejorar el crecimiento y la supervivencia de microbios beneficiosos en el tracto gastrointestinal.
Se incluyeron en el análisis un total de 16.572 participantes (48,59 % hombres y 51,41 % mujeres). El objetivo principal de este estudio fue investigar el vínculo entre una dieta que promueva la salud intestinal y la reducción de los síntomas depresivos.
Los niveles de depresión de todos los participantes se evaluaron mediante el Cuestionario de Salud del Paciente de 9 ítems (PHQ-9). La frecuencia de los síntomas depresivos de todos los participantes se analizó en función de ciertas opciones de respuesta, a saber, "nada", "varios días", "más de la mitad de los días" y "casi todos los días". Una puntuación de PHQ de 5 indicaba un nivel leve de síntomas depresivos y una puntuación de PHQ de 10 sugería un nivel grave de síntomas depresivos.
En este estudio se estableció una sólida asociación entre una dieta que promueva la salud intestinal, es decir, la ingestión de un alto consumo de fibra dietética y alimentos fermentados, y la reducción de los síntomas de depresión. Se encontró que una dieta que promueve la salud intestinal reduce potencialmente los síntomas depresivos entre las personas que experimentaron niveles variados, es decir, síntomas depresivos muy leves a severos.
Se examinaron los roles mediadores de la salud física subjetiva (IMC autoinformado) y la salud física objetiva (IMC medido por técnicos de salud capacitados) con respecto a la dieta y la depresión. Un IMC más alto se asoció con la depresión. El hallazgo de este estudio coincidió con informes anteriores que indicaban que las dietas ricas en fibra promovían una mayor diversidad microbiana intestinal, lo que se asoció negativamente con el aumento de peso posterior.
El presente estudio tiene algunas limitaciones, incluido el uso de una variable binaria sobre alimentos fermentados que no tuvo en cuenta la cantidad de alimentos fermentados consumidos. Actualmente, no hay consenso sobre la ingesta diaria recomendada de alimentos fermentados. Por lo tanto, no se evaluó la cantidad óptima de ingesta de probióticos, biogénicos y prebióticos. A pesar de sus limitaciones, el estudio actual indicó que una dieta que promueva la salud intestinal podría mejorar potencialmente la posibilidad de mantener un IMC saludable y reducir la depresión entre las personas con síntomas depresivos graves.
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