29 de Dic, 2022 . Basta con echar la vista atrás para confirmar cómo el deseo femenino ha sido no solo condenado al ostracismo, sino también culpable de la mitad de los males de la humanidad. ?No hay más que recordar a la Eva del Génesis judeocristiano, la Pandora de la mitología griega, la Elena de la Ilíada, etc. No hay, según cuenta el relato de nuestra historia, ningún conflicto que no empiece por el caprichoso (e incontrolable e incomprensible) deseo femenino", afirma Valérie Tasso, escritora, sexóloga y embajadora de LELO en España.
Durante siglos, el placer de la mujer fue negado, sometido, incluso borrado de la vida social, cultural y política, especialmente en occidente donde, parafraseando a la escritora Naomi Wolf en su libro Vagina, se presenta a la sexualidad femenina como un cebo cebo venenoso que lleva a la perdición.
Mucho está costando eliminar del imaginario esta idea tan arraigada en el inconsciente colectivo, sin embargo, desde hace varias décadas, el orgasmo femenino ha sido motivo de estudio y de fascinación, dando lugar a una industria que vive por y para convulsionar a las sociedades modernas .
Como experta en el tema, Valérie nos cuenta que la historia de los objetos de placer femenino se remonta al Paleolítico. ?Pero la relación entre industria y orgasmo de la mujer la podemos situar en el siglo XIX, cuando la imperante ideología moral victoriana provoca una auténtica pandemia de histeria ?especialmente entre solteras, novicias y viudas?, a la que la clínica, después de detectar que se fundaba en una represión excesiva de la libido, decide hacerle frente provocando a la paciente lo que llamó el paroxismo histérico, es decir, el orgasmo?.
Fue entonces cuando se logró diseñar y producir aparatos, tanto manuales como eléctricos, para inducir el orgasmo y reducir los efectos de la histeria. ?Realmente, el florecimiento de la industria de artilugios para el placer femenino es muy reciente, apenas de unas décadas, pues si bien ya existía un catálogo de juguetes eróticos femeninos, casi todos eran faloformes y seguían vestidos a ?consolar? o ?masajear? reproduciendo el coito?.
En el año 2003 nace LELO, una firma sueca pionera en la industria de juguetes sexuales femeninos de lujo. La sexóloga incide en que, por primera vez, alguien se ocupa de dos aspectos fundamentales. Por un lado, la utilización de tecnología punta para aumentar la eficacia de su funcionamiento, lo que implica un conocimiento profundo de la anatomía del placer femenino, y por otro, el diseño de estos aparatos.
Resulta interesante la encuesta que la firma llevó a cabo, donde se pretendía conocer cómo los españoles vivían el orgasmo. El 60% reconoció que lo ha fingido alguna vez, mientras que un 83% afirmó que la utilización de juguetes eróticos hace que sus orgasmos sean más intensos y que lleguen con más facilidad, un dato destacable si recordamos que también existe una brecha de género en este sentido, donde solo un 20% de las mujeres alcanza el clímax, frente a un 46% de los hombres, según esta misma fuente.
Para Valérie no hay duda, la entrada en escena de los juguetes eróticos ha permitido a muchas mujeres desplegar su propia sexualidad a través del conocimiento certero de su cuerpo y de su respuesta sexual. Afirma que están ayudando a eliminar algunas de las problemáticas que se vinieron arrastrando derivadas de la ocultación, superchería, ignorancia y miedo. ?Han facilitado el encontrarse a solas con ellas mismas sin la presión ni la presencia de algún otro, de observarse sin ser juzgadas?. Además, han normalizado algo tan necesario para el autoconocimiento como es la masturbación.
Cuando le pregunto sobre lo que busca una mujer en un juguete, la sexóloga hace hincapié en que depende del grado de madurez sexual que tenga. ?Desde la obtención de un primer orgasmo, independientemente de su edad, hasta consolidar la estabilidad de su respuesta sexual, o explorar el squirting, la penetración anal, etc.?.
Sin embargo, tras siglos de negación del placer, sumisión y castración ?tanto física como psicológica?, y pese a una industria que pone todos sus esfuerzos en recuperar el tiempo perdido, lo cierto es que aún hay mucho trabajo que hacer en lo referente a educación sexual. Una de las consultas más frecuentes que recibe Tasso es la anorgasmia femenina, tanto en mujeres jóvenes, como de edad avanzada.
Arguye que aquí los juguetes son extraordinariamente útiles, puesto que acortan mucho los tiempos y, con ello, la frustración y la ansiedad. "Es muy difícil que con el aparato conveniente para cada circunstancia, y con las recomendaciones convenientes a cada caso particular, una mujer que ha sido anorgásmica primaria durante toda su vida, no consiga un orgasmo en poco tiempo".
?Si me preguntas si hemos conseguido desprendernos de todos los condicionantes que de alguna manera coartan nuestra sexualidad, te diría que rotundamente no ?afirma categórica la experta?. Solemos olvidar que la libertad reside, tanto en saber decir que sí, como en saber decir que no. Por otra parte, no ya nuestra sexualidad sino nosotros mismos, seríamos impensables si no existieran condicionantes y límites de algún tipo?, remata.
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