12 de Oct, 2020 . Si bien algunas personas pueden vivir sus vidas con éxito esquivando sus fobias, otras tienen fobias específicas de las cosas cotidianas que simplemente no pueden evitar. Esto puede generar angustia y alteración repetida o constante en su calidad de vida.
El miedo es una respuesta psicológica o emocional a una amenaza real o percibida. Por ejemplo, puedes tener miedo a las alturas, los espacios cerrados, los perros, las serpientes, etc. en el sentido de que no te gusta y te sientes incómodo cuando te enfrentas a él.
Por ejemplo, una persona puede tener miedo a volar y, aunque no lo disfruta, es posible que pueda abordar un avión y volar. Pero, si una persona tiene fobia a volar, por lo general experimentará tanta ansiedad al pensar en ello que la preocupación interferirá en su día a día e incluso puede impedirle abordar el avión por completo.
Es importante hacer una distinción entre miedo y fobia para poder ofrecer el tratamiento adecuado. Sin embargo, esta distinción puede ser un área gris; si se define como miedo o fobia lo decide en última instancia el paciente y, por lo general, lo determina la cantidad de malestar que el paciente está dispuesto a aceptar.
Algunas personas pueden vivir con sus fobias mientras que otras tienen fobia a las cosas cotidianas que simplemente no pueden evitar, como subir a un ascensor, pasar un perro en la calle, subirse al transporte público, etc.
La terapia de exposición suele ser el tratamiento más exitoso. Consiste en exponer suavemente al paciente a la fuente de su ansiedad o angustia, y al hacerlo, le ayudará a manejarla o superarla. La idea es enfrentar lentamente tu fobia. Requiere un cierto nivel de compromiso por parte del paciente dando pasos pequeños pero poderosos para superar su fobia.
Un paciente normalmente tiene su propio umbral de miedo, sin embargo, una vez que aprende a superar este umbral (con el apoyo de un psiquiatra), a menudo se da cuenta de que puede estar cerca de su fobia. Cuanto más a menudo los empujes del paciente sobrepasan su umbral, menos ansiedad experimentan.
La medicación se puede utilizar junto con la terapia, lo que reducirá los síntomas del paciente. Sin embargo, la medicación no trata la fobia; simplemente reduce su ansiedad, pero su miedo sigue ahí.
Casi todas las fobias se pueden tratar con éxito, pero no siempre se 'curan' por completo. Lo que hace el tratamiento es reducir el malestar y la ansiedad que experimenta el paciente y hacerlo mucho más manejable, mejorando así la calidad de vida del paciente.
El Dr. Lars Davidsson es un psiquiatra consultor altamente capacitado en la Anglo European Clinic con intereses especiales que incluyen depresión, trastorno de estrés postraumático, TDAH en adultos y ansiedad. También es experto en trabajo médico-legal.
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