8 de Jul, 2020 . La pandemia de coronavirus ha significado cambios repentinos en nuestra vida diaria, con restricciones a la libre circulación, bloqueos impuestos y distanciamiento social. Muchas de estas medidas afectarán la salud mental de las personas.
Estos cambios han aumentado nuestra exposición a factores de riesgo conocidos para desarrollar depresión, como la inactividad física, la falta de estructura y rutina, la falta de apoyo social, la soledad y la limitada oportunidad de realizar actividades agradables y valoradas.
Además, la evidencia de pandemias anteriores, como Sars y gripe porcina, sugiere que las medidas de contención de enfermedades, como la cuarentena y el aislamiento social, pueden ser perjudiciales para la salud mental. Cada vez hay más pruebas de que el efecto de estos cambios en la salud mental de las personas en todos los grupos de edad es significativo, especialmente para aquellos que son más jóvenes.
Las tasas de depresión en adultos y jóvenes ya son preocupantes, y la Organización Mundial de la Salud prevé un aumento. Para 2030, la depresión será la mayor carga de enfermedad a nivel mundial, lo que se refiere al impacto general de un problema de salud, incluido el costo financiero. Entonces, aunque el foco inicial durante la pandemia ha sido comprensiblemente en la salud física, por lo tanto, es crucial que también prestemos atención a la salud mental de las personas, particularmente porque los dos están relacionados.
A muchas personas les resulta difícil pedir ayuda y dejar que otros sepan cómo se sienten. No asumas que alguien está bien solo porque dice que lo está. Es mejor hacer más preguntas y arriesgarse a ser molesto que perder algo importante, como los síntomas de la depresión. Si no quieren decírtelo, observe su comportamiento y observe cualquier cosa inusual, como dormir mucho más tarde, no comer, mirar durante largos períodos, cancelar y evitar muchas cosas.
La depresión da lugar a pensamientos autocríticos, como "No soy bueno", "No debería sentirme así". No es sorprendente que estos pensamientos alimenten aún más la depresión. Es útil hacerle saber a la persona deprimida que puede ver cómo se siente y que sus sentimientos son comprensibles y válidos, y que pasarán con el tiempo. Este tipo de validación puede ayudar a alguien deprimido a abstenerse de criticarse por tener sentimientos difíciles y desarrollar más autocompasión.
Las personas deprimidas suelen retirarse de otras personas y actividades. Al hacer menos actividades agradables y valoradas, puede agravar la depresión de una persona. Intente contrarrestar esto ayudando a la persona a volver a comprometerse con cosas que son importantes para ellos. Comience con cosas pequeñas, como poner algo de estructura en el día y tal vez aumentar el ejercicio o el tiempo dedicado a la naturaleza, si es posible. Ayude a la persona a reintroducir gradualmente actividades y contactos sociales que considere valiosos. Haga algunos pequeños planes juntos para el futuro (a corto, mediano y largo plazo).
Una persona con depresión comúnmente puede tener dificultades para resolver problemas, y las actividades diarias y los problemas pueden comenzar a sentirse abrumados rápidamente. Es útil mantener la calma y mantener el conflicto y el estrés en la casa al mínimo. Apoye a la persona para generar
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