24 de Nov, 2020 . La confianza se deriva del latín fidere, "confiar". Tener confianza es confiar y tener fe en el mundo. Tener confianza en uno mismo es confiar y tener fe en uno mismo y, en particular, en la capacidad de uno para involucrarse con éxito o al menos adecuadamente con el mundo. Una persona segura de sí misma es capaz de aprovechar las oportunidades, asumir nuevos desafíos, enfrentarse a situaciones difíciles, participar con críticas constructivas y asumir la responsabilidad si las cosas salen mal.
La confianza en uno mismo y la autoestima a menudo van de la mano, pero no son la misma cosa. En particular, es posible tener mucha confianza en sí mismo y, sin embargo, tener una autoestima profundamente baja, como es el caso, por ejemplo, de muchos artistas y celebridades, que pueden tocar en estudios y galerías pero luego luchan detrás del escenas. La estima deriva del latín aestimare [valorar, valorar, valorar, ponderar, estimar], y la autoestima es nuestra valoración cognitiva y, sobre todo, emocional de nuestra propia valía. Más que eso, es la matriz a través de la cual pensamos, sentimos y actuamos, y refleja y determina nuestra relación con nosotros mismos, con los demás y con el mundo.
Las personas con una autoestima saludable no necesitan apoyarse en factores externos como ingresos, estatus o notoriedad, ni apoyarse en muletas como el alcohol, las drogas o el sexo (cuando estas cosas son una muleta). Al contrario, se tratan a sí mismos con respeto y cuidan su salud, comunidad y medio ambiente. Son capaces de invertir por completo en proyectos y personas porque no tienen miedo al fracaso o al rechazo. Por supuesto, como todo el mundo, sufren dolor y decepción, pero sus contratiempos ni los perjudican ni los menoscaban. Debido a su resiliencia, están abiertos a las personas y a las posibilidades, tolerantes al riesgo, rápidos en la alegría y el deleite, y aceptan y perdonan a los demás y a sí mismos.
Del mismo modo, es inútil tratar de aumentar la autoestima de los niños (y, cada vez más, de los adultos) con elogios vacíos e inmerecidos. Es poco probable que los niños se dejen engañar, sino que, en cambio, se les puede impedir el tipo de esfuerzo mediante el cual puede crecer la autoestima real. ¿Y qué tipo de esfuerzo es ese? Siempre que estamos a la altura de nuestros sueños y promesas, podemos sentirnos creciendo. Siempre que fallamos pero sabemos que hemos dado lo mejor de nosotros, podemos sentirnos creciendo. Siempre que defendemos nuestros valores y enfrentamos las consecuencias, podemos sentirnos creciendo. De esto depende el crecimiento. El crecimiento depende de estar a la altura de nuestros ideales, no de las ambiciones de nuestros padres para nosotros, o de los objetivos de la empresa para la que trabajamos, o de cualquier otra cosa que no sea realmente nuestra, sino una traición a nosotros mismos.
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