Era solo cuestión de tiempo, después de la invención de las máquinas de escaneo fMRI, que rastreaban el flujo de sangre en el cerebro, que los científicos comenzaban a hacer que las personas se complacieran mientras estaban atadas en una. Y así fue como la escritora del New Scientist, Kayt Sukel, terminó con esta deliciosa exploración de su cerebro en el momento del orgasmo.
Sukel trabajó con el investigador de la Universidad de Rutgers Barry Komisaruk, quien estudia la respuesta cerebral durante la excitación y el orgasmo. Komisaruk ha descubierto que cuando muchas mujeres alcanzan el clímax, sus córtexes prefrontales (que se cree que gobiernan la "función ejecutiva" como la toma de decisiones) ven una mayor actividad. Su participación, en particular cuando se imaginan los toques en lugar de sentirlos, puede indicar el uso de "imaginación o fantasía", así como la capacidad del cerebro para realizar el llamado control "de arriba a abajo" sobre el cuerpo.
Pero el PFC no es la única parte del cerebro que está activa; como puede ver, el cerebro de Sukel vio actividad en unas 30 áreas, "incluidas aquellas involucradas en el tacto, la memoria, la recompensa e incluso el dolor". Curiosamente, otro estudio del orgasmo examinado por fMRI mostró una actividad disminuida en el PFC. ¿La diferencia entre los dos estudios? Komisaruk investigó el orgasmo mediante la autoestimulación, mientras que los otros sujetos destacados llegaron al clímax por parte de sus compañeros, lo que indica que puede haber una diferencia en la forma en que funciona el cerebro en esos escenarios de diferencia.
Ver y consultar a centros